28 abril, 2012

Sueños: Era la Mente


Era de noche, ella y yo caminábamos descalzos en desierto de cristales pulverizados. En las lejanas montañas que rodeaban el escenario, como paredes negras o huecos del cielo, rebotaba el eco de mis silencios.

Ella danzaba a mi alrededor, distrayéndome a cada paso, trayéndome imágenes que ofuscaban mi trayecto. Me detuve, contemplé su baile presuntuoso y le dije:

-"Me has estado siguiendo durante todo el recorrido, ¿de dónde surgiste?"
-"Yo sola me inventé, hasta que me creíste tuya"—me respondió. Era la mente.

Como un niño, para esconderme y desaparecerla, cerré los ojos y respiré. El aire, si es que había, no tenía aroma. Introduje mis manos en mi abdomen y mi pecho y extraje una piedra etérea. Con los brazos bien extendidos la levanté y abrí los ojos: el sol surcaba por las diagonales: mi amanecer.

18 abril, 2012

Haiku

Lluvia nocturna:
las ramas luminosas
cargan sus frutos.

Sueños: Transplante de Almas


Sin haber viajado, abrí la puerta del vehículo y me encontré en un pueblo fantasma. Todo era obscuro y antiguo, deshabitado, sin luces, ni ruidos, ni transeúntes. El piso era de tierra y polvo, sólo se oía el correr de un viento extraviado. Los vestigios de las casas tenían fachadas deterioradas, que daban pistas de abandono, de saqueo, de olvido. Las roídas construcciones eran residencias de refugiados y escondite de algunos cuantos. Entre ellos, F y D, quienes me conocían por otro nombre, por otra ciudad natal, por otro cuerpo, pero por la misma persona.

Abrieron discretamente un portón de madera y me guiaron, con una vela, a una segunda planta, por escaleras y pasillos estrechos, hasta un laboratorio. Ahí me mostraron diseños de embriones y fetos, que podrían ser de humanos. Me pidieron autorización para llevar a cabo un proyecto que denominaron "divinamente ilícito": el transplante de almas.

Habiendo dado por hecho mi aprobación, habían ya colocado a un cuerpo en medio de un circulo de piedras y veladoras. Sólo necesitaban que yo enunciara algunas palabras para animarlo. Me acerqué, extendí los brazos, cerré los ojos e invoqué un espíritu: El cuerpo despertó, y yo también.

03 abril, 2012

cinque

I
cuando me muera,
volaré como el pájaro,
aunque sin alas


II
son estos vientos
un buen taller gimnástico
del papalote



III
en un espejo
encuentras lo que buscas
aunque no quieras


IV
en cada página
transitan los reflejos
de mi universo


V
si el sol es hombre,
y la luna, mujer;
la tierra... ¿qué?


nuages

I
las imitamos:
nunca somos los mismos
de un segundo a otro


II
por indecisas
durante el día y la noche
de disfraz cambian


III
de gris vestidas,
ante la indiferencia,
nos escupieron


IV
en cada nube
hay mil y un figuras
que el viento esculpe