27 julio, 2012

la luna se despide


cada que sale el sol
la luna se despide
con un cielo sangriento,
cobijo del linaje.
su desaparición
en coágulos del alba,
me aguardan al ocaso
del día y de mi vida.

tocayos


el viento raudo intenta
callar con menos ruido
al silencio, y en sus
miradas kilométricas
que nombran al vacío
encima de su aliento
todos somos tocayos.

tus pestañas


tus pestañas, como espigas,
enjaulan nuestro paisaje
vertical como la lluvia,
amplio como el lenguaje.

Te mueves


te mueves como pez en agua
por las venas de esta ciudad,
que me hospeda por un instante
infinitamente fugaz.

te mueves veloz y despacio,
como lenguas de bocas juntas,
te mueves sin tiempo ni espacio,
sin planes, caminos ni rutas.

te mueves cual danza del fuego,
calentándome sin quemarme,
te mueves cual bastón de un ciego
examinando mi paisaje.

como la punta de mis dedos,
recorriendo tus piernas blancas
te mueves sin dejar ningún rastro,
constante, no haces ni una pausa.

Voces.


-¿Con quién estabas hablando?

-Corrió cuando tú llegaste,
aunque sigue por aquí.

-Creo que no te entendí.

-No sé si lo entenderías.

-Ándale, dime con quién,
oí cuatro o cinco voces...

-Pues no las oíste bien.

-Eran muchas más, ¿verdad?

-Así es, miles o millones
que forman un solo grupo;
Renacen, viven y mueren,
Y jamás están de luto.

-A ver, a ver...ve más lento.
¿Dónde caben si son tantos?

-Ellos no ocupan espacio
porque no tienen un cuerpo.

-¿Son un grupo de fantasmas?

-No los llamo de ese modo.

-¿Entonces cómo los llamas?

-No lo debo pronunciar.

-¿Entonces a dónde fueron?

- No se fueron, aquí viven.

-¿Desde cuándo están aquí?

- Mucho antes que nosotros.

-¿Cómo sabes si aparecen?

-No los ves, pero se sienten.

-Entonces... ¿son como el viento?

-Sí, también como las flores,
Las montañas o las piedras,
Y todas las cosas vivas.
Son de la naturaleza.
Han estado siempre aquí,
Pero nunca te percatas
Ni de tu propia presencia;
Y cuando por fin los notas,
Se te revuelve el estómago.

-¿Apoco las flores hablan?

-No, pero obsequian palabras,
Emanando su belleza
Hacia quienes las observan.

¿Y qué es lo que ellos emanan?

-Ellos susurran respuestas,
y tú buscas las preguntas.

-¿Qué respuestas te dijeron?

-¿Para qué quieres saber?

- Pues...tal vez esos consejos
les sirvan a otros también.

-Todos somos diferentes,
No todos buscan lo mismo.
Además no son consejos.

-¿Entonces qué son? ¿Secretos?
¿Acaso son advertencias?

-Ya te dirán algo a ti...
¿Para qué te digo ahora?

-¿Están aquí ahora mismo?

-Sí, pero pero están escondidos.

-¿Escondidos para qué?
¿No que eran invisibles?

-Para ti sí, todavía.

-¿Por qué yo no los he visto?

-Porque se ven sin los ojos,
además estás muy jóven,
pero estás por empezar.

-¿Tú los puedes invocar?

- Eso aún no te concierne.

-¿Vienen cuando los llamas?

-Sólo salen en la noche,
y más cuando hay luna llena.

-¿Cómo son tus amigos?

-No son míos; no lo sé.

-¿Por qué prendiste las velas?

-Apágalas con los dedos,
Nunca les soples, acuérdate.

-No me dijiste porqué...

-Son para hacer un ritual.

-Con razón...lo sospechaba.

-Yo esperaba que lo hicieras,
para poderte iniciar.

-Ya los quiero conocer.

-Ja...no sabes lo que dices.

-¿Por...? ¿Me van a asustar?

-No, no hay que tenerles miedo
porque te vuelves su nido.


[...]